Consiste en un reconocimiento de una extensa zona geográfica, con probabilidades de encontrar un depósito mineral, para buscar y evaluar la existencia de indicios de un yacimiento mineral.
Esta etapa se inicia con un estudio de gabinete, la cual contempla revisar mapas geológicos, imágenes satelitales y otros métodos directos e indirectos. Los geólogos(as) priorizan las zonas con mayor potencial para continuar con las siguientes etapas de reconocimiento.
Cuando finalmente se define un área específica, un equipo de geólogos se dirige al campo / terreno para buscar evidencias sobre la presencia de un determinado depósito mineral. Para esto se caracteriza el tipo de roca (color, textura, estructura, minerales, etc), se definen los tipos de alteraciones que han sufrido y se recogen muestras de roca y/o suelo para determinar la presencia de contenidos de los minerales buscados a través de estudios químicos.
En esta área de interés, además del reconocimiento geológico de superficie a distintas escalas, se pueden realizar pruebas tipo físicas, químicas y biológicas; tales como geofísica, muestreo geoquímico, geocronología, etc., con el objetivo de reafirmar la presencia del elemento buscado y su concentración.
Si durante la etapa anterior se obtienen resultados positivos, encontrándose evidencias del metal buscado, se procede a delimitar la zona y se desarrolla un programa de reconocimiento más intenso, como la ejecución de sondajes con recuperación de testigos de roca / diamantinos y/o fragmentos de roca / aire reverso. Estos sondajes no son más que perforaciones de poco diámetro y gran longitud, que atraviesan la tierra para confirmar la presencia de evidencias de óxidos y sulfuros de cobre.
Con esta información se reconoce la existencia - bajo la superficie – de un cuerpo mineralizado y ya podemos pensar en la posible presencia de un yacimiento (¡ya estamos cada vez más cerca de un descubrimiento!)
En el área ya delimitada y con el cuerpo mineralizado confirmado en profundidad, se procede a evaluar el tamaño y contenidos de cubre a través de sucesivos programas de reconocimiento con sondajes y estudios más específicos como geometalurgía - geomecánica, modelos geológicos en 3D, modelos de estimación de recursos, etc.
Gracias a las tareas de sondaje se pueden reconocer las características y extensión final del yacimiento, así como el tipo de "ley" del cobre ahí presente.
Si todos los análisis arrojan la existencia de un gran yacimiento de cobre, sólo resta validar los estudios económicos y técnicos para decidir si se construye una mina.
¿Cuándo un yacimiento califica para convertirse en una mina de cobre?
La decisión de llevar adelante el proyecto de explotación depende de las características del yacimiento, el diseño de la operación y las proyecciones a futuro del mercado internacional del cobre (oferta v/s demanda / precio). Si se confirma que se trata de un negocio con una atractiva rentabilidad, se optará por su construcción. ¡Manos a la obra! |